jueves, 26 de marzo de 2009

RANITIDINA


La ranitidina es un antagonista de la histamina en el receptor H2, similar a la cimetidina y la famotidina, siendo sus propiedades muy parecidas a las de estos fármacos. Sin embargo, la ranitidina es entre 5 y 12 veces más potente que la cimetidina como antagonista en el receptor H2 y muestra una menor afinidad hacia el sistema enzimático hepático del citocromo P450, por lo que presenta un menor número de interacciones con otros fármacos que la cimetidina.

La ranitidina está indicada en el tratamiento de desórdenes gastrointestinales en los que la secreción gástrica de ácido está incrementada. Sin embargo, en el tratamiento del reflujo gastroesofágico, los inhibidores de la bomba de protones parecen ser más efectivos que los antagonistas H2.

De igual forma, para erradicar los Helicobacter pylori que producen las úlceras pépticas se prefieren los regímenes con inhibidores de la bomba de protones, reservándose la ranitidina y los demás antagonistas H2 para tratar gastritis, ardor de estómago, etc. ya que muchos de ellos, incluyendo la ranitidina se pueden utilizar sin receta médica.

Mecanismo de acción:

la ranitidia inhibe de forma competitiva la unión de la histamina a los receptores de la células parietales gástricas (denominados receptores H2) reduciendo la secreción de ácido basal y estimulada por los alimentos, la cafeína, la insulina o la pentagastrina.

La ranitidina reduce el volumen de ácido excretado en respuesta a los estímulos con lo cual, de forma indirecta, reduce la secreción de pepsina. La ranitidina no tiene ningún efecto sobre la gastrina, ni afecta el vaciado, la motilidad gastrica, la presión intraesofágica, el peristaltismo o las secreciones biliares y pancreáticas.

Tampoco tiene propiedades anticolinérgicas. La ranitidina muestra un efecto cicatrizante sobre la mucosa gastrointestinal, protegiéndola de la acción irritante del ácido acetilsalicílico y de otros fármacos anti-inflamatorios no esteroídicos.


martes, 24 de junio de 2008

Diabetes Mellitus

ACTIVIDAD FÍSICA


El ejercicio es otra parte importante en el tratamiento de los diabéticos.
El ejercicio regula y ayuda a mantener el peso adecuado, pero más importante todavía es el beneficio sobre el aparato circulatorio.

Los músculos utilizan más glucosa durante el ejercicio vigoroso, lo cual ayuda a que el nivel de glucosa disminuya.

Su medico lo ayudará a establecer un programa de ejercicios. Existe un debate en cuanto al régimen de ejercicio más adecuado par diabéticos.

Si este es muy intenso disminuirá el nivel de glucosa en sangre, y debe estar alerta ante la posibilidad de un nivel excesivamente bajo. Una buena práctica es beber leche y carbohidratos 30 minutos antes del entrenamiento. Es conveniente tener siempre a mano un carbohidrato de acción rápida (por ejemplo una tableta de glucosa) ante la posibilidad que aparezca síntomas de hipoglucemia (nerviosismo, debilidad, hambre, etc.)

El ejercicio regular ayuda a controlar la cantidad de glucemia y quemar el exceso de calorías y de grasa para lograr el peso óptimo.

Antes de que los pacientes con diabetes empiecen cualquier programa de ejercicios, deben obtener la aprobación médica. Los diabéticos con el tipo 1 deben tomar precauciones especiales antes, durante y después de cualquier actividad física intensa o ejercicios.






LA INSULINA


La insulina baja el nivel de glucemia permitiendo que salga del torrente sanguíneo y entre en las células del organismo. Todas las personas necesitan insulina. Las personas con diabetes tipo 1 no pueden fabricar su propia insulina y deben recibir insulina diariamente.

La insulina se inyecta debajo de la piel o se inhala. En algunos casos, se usa una bomba para liberar la insulina en forma continua. La insulina no viene en forma de píldoras.

Las preparaciones de insulina se diferencian por la rapidez con que empiezan a hacer efecto y el tiempo que dura el mismo. El médico revisa los niveles de glucemia para determinar el tipo apropiado de insulina que la persona debe utilizar. Se puede mezclar más de un tipo de insulina en una misma inyección para así lograr un mejor control de la glucemia.

Algunas variedades de insulina actúan rápidamente y otras actúan en un periodo mas largo. El tipo de insulina, cantidad, periodos de tiempo etc. Son medidas que se toman según la necesidad del diabético. Una sola inyección de insulina retardada a la mañana suele ser lo más habitual, aunque puede ser necesaria una mezcla de insulina regular con la retardada e inyecciones adicionales a lo largo del día. Su medico determinara que es mejor en su caso.

Para aquellos pacientes con una diabetes muy inestable, que estén preparados par llevar a cabo un programa elaborado, la mejor opción será la inyección de insulina de acción rápida antes de cada comida.

Las dosis dependen de la medida de la concentración de glucosa en la sangre en ese momento. Ese régimen es el llamado”terapia intensiva de insulina”.

Por lo general, es necesario aplicar las inyecciones de 1 a 4 veces al día. El médico de cabecera o un educador en diabetes enseña a las personas que requieren insulina cómo inyectarse ellos mismos. Inicialmente, la inyección en los niños debe ser aplicada por uno de los padres u otro adulto y hacia la edad de 14 años se puede esperar que la mayoría de los niños se aplique sus propias inyecciones (aunque no se les debe exigir esto).


Vivir con diabetes tipo 2

Un niño o adolescente con diabetes tipo 2 probablemente necesite:

alimentarse con una dieta saludable para conseguir un peso normal y al mismo tiempo obtener los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse. Los médicos probablemente recomendarán una dieta con poca sal y grasas, especialmente si el niño muestra alta presión sanguínea alta o niveles anormales de grasa en la sangre.

participar en actividades físicas con regularidad. El ejercicio ayuda a mejorar la respuesta del cuerpo humano a la insulina y a quemar más colorías, lo que puede facilitar la eliminación del exceso de grasa en el cuerpo.

conseguir y mantener un peso normal.

controlar regularmente los niveles de azúcar en la sangre.

recibir insulina u otros medicamentos que ayuden al cuerpo a responder a la insulina más efectivamente.

trabajar de cerca con sus médicos y su equipo de control de diabetes para conseguir el mejor control posible de la enfermedad, y detectar los signos de las complicaciones de la diabetes y otros problemas de salud que se manifiestan con más frecuencia en niños con diabetes tipo 2.

Vivir con diabetes es un desafío, no importa cual sea la edad del niño, pero los niños pequeños y adolescentes, a menudo tienen asuntos especiales que atender. Los infantes tal vez no entiendan por qué son necesarias las muestras de sangre y las inyecciones de insulina. Pueden asustarse, enojarse y negarse a cooperar.

Los adolescentes pueden sentirse diferentes con respecto a otros adolescentes y tal vez anhelen experimentar un estilo de vida más espontáneo que el permitido por la diabetes.

Incluso cuando siguen a conciencia el horario de su tratamiento, los adolescentes con diabetes pueden sentirse frustrados si los cambios corporales durante la pubertad dificultan aún más el control de la diabetes.

¿Cuales son los signos y síntomas de la diabetes tipo 2?

Los síntomas de la diabetes tipo 2 no siempre son evidentes y pueden tardar mucho en desarrollarse. A veces, no se presentan síntomas. Es importante recordar que no todas las personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2 manifiestan estos signos de advertencia, y que no todos los que tienen estos síntomas necesariamente padecen de diabetes tipo 2.

Pero cuando un niño o un adolescente adquiere diabetes tipo 2, probablemente:
Orina con frecuencia. Los riñones responden a niveles altos de glucosa en el flujo sanguíneo desechando la glucosa sobrante en la orina. Un niño con altos niveles de azúcar necesita a orinar con más frecuencia y en volúmenes mayores.

Consume muchos líquidos. Debido a que el niño orina con tanta frecuencia y pierde demasiados líquidos, sentirá mucha sed. Toma muchos líquidos en un afán por mantener un nivel normal de agua para el organismo humano.

A menudo se siente cansado porque el cuerpo no puede convertir adecuadamente la glucosa en energía.

A veces, los niños y los adolescentes con diabetes tipo 2, resistencia a la insulina, u obesidad, pueden también presentar areas de piel engrosada, oscura, como terciopelo alrededor del cuello, las axilas, dedos del pie o en los codos y las rodillas: una condición cosmética de la piel denominada acantosis nigricans.

El síndrome de ovario poliquístico (SOP o SOPQ, por sus siglas en inglés) en niñas es también frecuentemente asociado con la resistencia a la insulina. El SOP es una anomalía hormonal que puede provocar el agrandamiento de los ovarios que desarrollan unos sacos rellenos de fluidos denominados quistes.

Las niñas con esa condición a menudo tienen periodos irregulares o directamente dejan de tener los periodos, y tienen más tendencia al crecimiento excesivo de pelo en el rostro y en el cuerpo. El SOP también puede generar problemas de fertilidad.

Los niños y adolescentes con resistencia a la insulina o diabetes de tipo 2 también muestran una mayor probabilidad de adquirir hipertensión (presión sanguínea alta) o niveles anormales de grasa en la sangre (colesterol y triglicéridos). Los médicos caracterizan como síndrome metabólico la manifestación coincidente de esos problemas en una persona.

¿Porqué se produce la diabetes tipo 2?


Aunque nadie sabe con certeza cuales son las causas de la diabetes tipo 2, aparentemente existe un componente genético en su formación. En efecto, se estima que entre 45 a 80% de los niños con diabetes tipo 2 tienen por lo menos a un progenitor con diabetes además de una significativa historia familiar relacionada con esa enfermedad.
En algunos casos, un progenitor puede ser diagnosticado con diabetes 2 al mismo tiempo que su hijo o hija.
La mayoría de los niños y adultos que adquieren diabetes tipo 2 son obesos. El exceso de grasa dificulta más la respuesta de las células a la insulina. Y el sedentarismo reduce aún más la capacidad del cuerpo humano para responder a la insulina. En el pasado, los médicos denominaban a esta enfermedad como diabetes de los adultos porque casi exclusivamente afecta a personas mayores con sobrepeso. Hoy en día, esa descripción ya no es acertada. Más niños y adolescentes son diagnosticados con diabetes tipo 2, probablemente porque más niños y adolescentes son obesos.
Algunos grupos étnicos muestran una mayor tendencia a desarrollar diabetes 2, inclusive descendientes de indios americanos, afro-americanos, hispano/latinos o asiáticos e insulares del Pacífico.
Igualmente, los niños que alcanzaron la pubertad tienen una mayor tendencia a desarrollar la enfermedad que los impúberes, probablemente debido al crecimiento normal de los niveles de hormonas que pueden provocar resistencia a la insulina durante este periodo de rápido crecimiento y desarrollo físico.